VAYIKRÁ

Con esta parashá comienza el tercer libro de la Torá, Vayikra. La semana pasada terminó la lectura del libro de Shmos, que consistía en la historia del pueblo de Israel desde el momento en que bajó a Egipto y la esclavitud, hasta que recibió la Torá en el monte  Sinaí y finalmente la construcción del Mishkán (santuario) en el desierto, y la nube de la gloria de Dios que llena el Mishkán. Otro nombre para este libro de Vayikra es Toras Kohanim, porque muchas de las leyes relativas a la Kohanim y su servicio en el Mishkán se dan aquí.

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El libro de Vayikra, y esta aliyáh en primer lugar, comienza con las llamadas de Dios (la palabra "Vayikra"), a Moshe Rabeinu para la construcción del Mishkán, y proporcionar detalles sobre el procedimiento de dar a los sacrificios de animales. Esta parashá es tradicionalmente la primera que se hace que sean aprendidas por los niños pequeños cuando empiezan sus estudios acerca del pueblo de Israel y se les muestra la letra alef pequeña en la primera palabra "Vayikra". Varios comentarios dicen que la alef es pequeño para indicar la humildad de Moshé.

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La Segunda Aliá continúa la descripción de los sacrificios, pero aquí discutiendo de aves, comida, y se hornean las ofrendas utilizadas para sacrificios, las palabras "Ishai nijoaj rayaj l'Hashem" (que significa "ofrenda encendida de olor grato a Dios") - se utiliza en referencia tanto a los sacrificios de animales y los sacrificios de aves, indica que no importa si uno ofrece mucho o poco, siempre y cuando uno dirija su corazón al cielo.

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La tercera aliyáh analiza las ofrendas más - esta vez la profundidad que ofrecen fritos, y la prohibición de tener jametz o extracto de fruta en la ofrenda, y la necesidad de sal. Este último requisito, de la necesidad de sal con la ofrenda, es una de las razones por las que nuestro pan debe hacerse una inmersión en sal.

La ofrenda de primer grano también se discute aquí.

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La cuarta aliyá continúa con la discusión de las ofrendas: Aquí se dan las ofrendas de paz de ganado vacuno, ovejas y cabras. La aliyáh termina con Jok un (Estatuto, sin razón aparente) que ni la grasa ni la sangre se deben comer lo largo de nuestras generaciones dondequiera que vivan.

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La quinta aliá se refiere a la ofrendaa de culpa. También aquí son la ofrendaa de un sanhedrín que le dice a una congregación entera a hacer una cosa mal, y la ofrenda de un gobernante que ha cometido errores.

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La sexta aliyáh da la expiación de la gente común. Además se ha marcado aquí acerca de la ofrenda de una persona que está en condiciones de prestar testimonio en una corte, pero no lo hace.

La ofrenda dada por una persona que se convierte en Tamai (ritualmente impuros), ya sea por tocar un animal impuro muerto, o un animal rastrero que está muerto, y luego va y come algo santificado o entra en una zona santificada del templo. Nuestros sabios nos enseñan que es posible transgredir de esta manera, aún hoy, no lo permita Dios, yendo hacia el Monte del Templo en Jerusalén. Esto es así, porque todo el mundo es actualmente Tamai mais, y el Monte del Templo sigue siendo santificado.

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La séptima aliyáh da el ofrecimiento de que inadvertidamente se apropia indebidamente algún objeto santificado. Además de la ofrenda, se debe hacer una restitución completa y añadir un quinto a la misma.

También aquí es la ofrenda de culpa cuestionable (cuando alguien no está seguro de si cometió una transgresión o no).

También se incluye el derecho de una persona que se encuentra a su vecino, como en un negocio, o el robo o la retención de fondos, o encontrar lo perdido y negarlo. Se debe hacer una ofrenda, restaurar el importe principal y añadir un quinto a la misma.