Yisro

 

YISRO.

 

 

En la parashá de la semana pasada, Beshalaj, los bnei Israel completaron su redención de Egipto con la división del Yam Suf (mar de los juncos) y su paso sobre tierra seca, y la muerte del ejército egipcio. En la parashá de esta semana, “Yisro”, el pueblo de Israel recibe la Torá en el Monte Sinaí,




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En la primera aliyá Yisro, padre de Moshé en la ley, después de haber oído todo sobre lo que Dios hizo por Moshe y el pueblo de Israel, viene a ellos en el desierto, trayendo con él la esposa de Moshé y dos hijos. Moshe y todos los líderes de Israel van al encuentro de Yisro. (De esto aprendemos a respetar a los padrinos). YisMoshé le platica a Yisro todo acerca de como fueron librados de Egipto, la división del Mar Rojo, el maná, el agua, y la guerra con Amalak. Yisro responde con la frase: "Boruch Hashem" (Bendito sea Dios).





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La Segunda Aliyá que realmente ocurre después de la entrega de la Torá. Aquí, Yisro  ve que Moshé se encuentra sentado ante miles de personas desde la mañana hasta la noche actuando como juez de sus controversias. Les diría lo que indican  las leyes de Di-s  acerca del caso particular de cada quien.

 
Yisro le sugiere un sistema de delegación de responsabilidades de Moshe, donde Moshe nombraría a los jefes de miles, jefes de centenas, jefes de cincuenta, jefes de las decenas, los hombres capaces, hombres, temerosos de Dios, los hombres cuya palabra se cree que, son capaces de juzgar la mayoría de los casos, dejando sólo los más difíciles para Moshe.





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En la tercera aliyá Moshe hace todo lo que su suegro le sugiere, Yisro le sugiere que distribuya la justicia creando un sistema judicial. la creación de un sistema judicial jerárquica. Yisro regresa a su tierra




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En la Cuarta Aliyá la Torá vuelve al tema del pueblo de Israel que se acercan al monte. Sinaí. La Torá dice que llegaron allí en el tercer mes después de salir de Egipto en el día "lo mismo".


Moshe sube solo a la montaña para hablar con el Eterno,  quien le dice a Moshé que "diga a los Bnei Israel que han visto lo que le hizo a los egipcios. Y que si van a guardar el pacto con el Eterno, serán el pueblo elegido y un reino de sacerdotes".


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En la quinta aliyá Hashem le dice a Moshé que diga a la gente que para santificarse, se deben sumergir en la mikve, ( un pileta de agua, esposos y esposas se van a separar por tres días. Se deben establecer límites sobre todo monte. Sinaí, y ningún hombre o animal debe ir más allá de los límites.


En el tercer día (el sexto de Sivan), en la mañana, no hay truenos y  rayos pero si una espesa nube. El sonido de un shofar muy fuerte se oye. Y el monte Sinaí es visto humear y temblando, y el sonido del shofar crece más y más fuerte.


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En la sexta aliyá se dan  los Diez Mandamientos. El Eterno se revela al mundo entero. El pueblo de Israel mira hacia el este, oeste, norte, sur, arriba y abajo, y la revelación de Di-s. Como se explica en el Zohar, no había lugar en el que Di-s no hablara con ellos. En cada palabra divina, sus almas se salieron de sus cuerpos, y Hashém los revivió con el rocío



Los diez mandamientos se encierran en los dos primeros mandamientos,



Los Diez Mandamientos son:


1.- Cree en el Eterno y no creer en otros dioses


2.- No adorar a las imágenes

 
3.- No pronunciar ni utilizar el  Nombre del Eterno en vano

 
4.- Recordar el Shabbos para santificarlo


5.- Honrar al padre y a la madre


6.- No matar

 
7.- No cometer adulterio


8.-No robar


9.-No ser un testigo falso


10.- No envidiar.


Es una costumbre que al escuchar a los Diez Mandamientos que se leen debemos de ponernos de pie.




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La séptima aliyá dice que la gente temblaba ante los truenos y relámpagos, y el sonido del shofar, y la montaña humeaba, y tuvieron miedo. Ellos también tenían miedo, porque durante los dos primeros mandamientos de la gente murió y revivió porque no podían recibir la revelación divina directamente. Como resultado de ello, piden a Moshé para que sea un intermediario y así poder obtener el resto de la Torá para ellos. Moshé lo hace.

 



A lo largo de la aliyá , la Toráh continúa con los mandamientos que prohíben la realización de los ídolos, (estatuas, dibujos e imágenes mentales.


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